25 de mayo de 2011

Bloque IV: Literatura folclórica (Parte III)

·        S. XIX:

En Alemania, aparecen los hermanos Grimm con cuentos como “Pulgarcito”,  “Barba azul”, “Blancanieves” o “Hansel y Gretel”. Pretenden preservar `lo que es propio´ y no quieren que se pierda. Alguien les encargó que hiciesen una recopilación y aceptaron. Intentaron ser lo más fielmente posible a las historias que la gente del pueblo les contaba. Tienen un interés conservacionista.

Un problema que apareció fue que como eran cuentos cortos, rápidamente se hicieron muy famosos y tuvieron que sacar una 2ª edición, pero existían quejas de los padres sobre algunos contenidos que, según ellos, consideraban poco apropiados para los niños (sexo, violencia...). Al ver el revuelo que se formó modificaron los contenidos y a partir de la 3ª edición, los cuentos se quedaron como actualmente. Son cuentos sin moraleja.

Otro recopilador importante en Alemania es Hoffmann, creador de “El cascanueces y el rey de los ratones”.

Ya en Dinamarca, nos encontramos con Hans Christian Andersen que alternará el trabajo de recopilador con el de autor, con cuentos aparentemente realistas como “La cerillera”. Otros cuentos famosos son: “La reina de las nieves”, “El patito feo”, “El soldadito de plomo” o “La sirenita”.

En España aparece Fernán Caballero con cuentos, poesías, oraciones y adivinanzas populares infantiles. También se encuentra el Padre Coloma que cambiará las hadas por ángeles de la guarda y a los malos por el diablo. Incluso nos encontramos con la editorial Calleja con traducciones y creaciones propias.

Los textos de autor tienen que respetarse, tanto el contenido como la forma. Sin embargo, con los textos folclóricos hay que ir a una versión interesante y hacer nuestra propia versión para contárselo a los niños.

En todos los cuentos, Propp llega a la conclusión de que hay una evolución en todo los cuentos folclóricos, es decir, los protagonistas realizan un `viaje iniciático´ hasta la edad adulta. Este viaje siempre parte del hogar, que es la protección de los peligros. Llega un momento que necesita abandonar el núcleo familiar, simbólicamente dejan la infancia para pasar unas pruebas (de manera simbólica), que sería la adolescencia. Cuando éstas se pasan, estando en la vida adulta, el viaje se culmina con una boda y la creación de un nuevo núcleo familiar.

Los motivos son elementos que tienen carácter simbólico y que, por tanto, son básicos en el desarrollo de la historia. Son también fundamentales en el esqueleto del cuento y se tendrán que respetar.

Los motivos de viajes y búsqueda y fuga y persecución son las causas que afectarán al comienzo de la historia.

Otros motivos son: tesoros ocultos (física o psicológicamente), el reino de los muertos o el reino de las hadas, el huérfano maltratado, la muerte y la resurrección, el hermano más pequeño, la búsqueda del amor o, incluso, el sol y la noche como realidad e irrealidad.

En cuanto a los personajes de los cuentos, siempre existirán los `buenos´ y los `malos´:

- Héroe y heroína frente a un enemigo.

- Hadas (ayudantes del héroe/heroína) frente a los gigantes.

- Animales y objetos mágicos frente a ogros.

- Brujas y magos frente a duendes.

A continuación, expondré algunos criterios para la buena selección de cuentos folclóricos:

- Tiene que existir un responsable, que aparezca el nombre propio de dicha persona (el que ha hecho la adaptación, la traducción...).

- Evitar recopilaciones del tipo “365 cuentos para el día a día”, ya que es un simple resumen del cuento.

- Evitar, también, versiones infantiles de cuentos folclóricos, a no ser que nos guste.

- No hacer nunca una adaptación de una adaptación.

- Tiene que tener una introducción sobre la recopilación y, a su vez, si está traducido del “original”.

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